Cada vez que se llega el 22 de marzo de cada año, recién nos acordamos del “Día Mundial del Agua”, y solamente en esa fecha reflexionamos sobre su cuidado y su defensa, inclusive los mismos destructores de las fuentes de agua; al siguiente día nos volvemos a olvidar hasta el próximo año.
En ésta oportunidad permítanme hacer algunas reflexiones y espero quede plasmado en nuestra memoria por el resto de nuestros días.
Pienso que todos somos conscientes que el agua está desapareciendo lentamente del planeta sin que la mayor parte de la gente perciba esta tragedia que intenta acabar con el hombre. Dicho en otras palabras, la humanidad está amenazada por el peligro de la sed que parece proyectar su sombra siniestra sobre toda la población mundial.
El agua es fuente esencial de la vida y la naturaleza. Sin la presencia del agua usted ni nadie estaría vivo, ahora cito algunas frases del doctor Teodosio Palomino en su libro “ La Tragedia del Oro Azul”:
Con el agua se cultiva la tierra, se producen alimentos, se transforman las materias primas, se garantiza la agricultura, la ganadería y la industria, y se unen pueblos y comarcas.
El agua en su espléndido existir nutre a la tierra, sofoca al fuego, asciende a las alturas, altera la atmósfera y reina bajo la eternidad de los cielos.
Categóricamente hablando el agua es un derecho humano universal y patrimonio no negociable de toda nación, al que nadie debe renunciar.
La humanidad está amenazada por el peligro de la sed que parece proyectar su sombra
siniestra sobre toda la población mundial.
El agua, sobre todo el agua dulce, está desapareciendo, a pesar de que ella ocupa las ¾ partes de nuestro planeta y su imperio llega al extremo de dominar 7 de las 10 partes del globo terráqueo.
Parece increíble en esta época de globalización y grandioso progreso, científico y tecnológico, saber que el agua es desperdiciada de modo criminal por el hombre.
El hombre la derrocha y la contamina sin darse descanso, con la irresponsabilidad del pez que envenenaba constantemente el agua de su pecera.
Los poetas le han otorgado al agua el simbólico nombre de ORO AZUL que coexiste con el petróleo, llamado ORO NEGRO.
Es lamentable que en torno a ella no exista la cultura suficiente capaz de revestirla de la importancia que el agua realmente merece.
Cada día es mayor el número de personas que carecen de agua. Aunque parezca increíble, en la actualidad más de mil trescientos millones de personas en el mundo no pueden disfrutar de las excelencias del agua potable. Tal cantidad puede comprobarse fácilmente y es realmente una tragedia. No tienen agua potable para beberla, ni siquiera para lavarse las manos.
En el Perú, aproximadamente 7 millones de habitantes sufren el problema de no contar con agua potable. Sólo pueden, en muchos casos, usar agua de los ríos y lagos, que están contaminadas por efecto de los desperdicios industriales y mineros que se derraman en ella, convirtiéndola en un veneno de marcha lenta, que al final causa la muerte.
La tragedia es de tal volumen que cada 8 segundos muere en el mundo un niño, y cada año mueren 11 millones de niños por falta de agua potable o por tomar agua contaminada.
No olvidemos que sin el agua es imposible la vida.
El día que desaparezca el agua, desaparecerán todos los seres vivientes y nuestro planeta se convertirá en un desierto en el cual la vida jamás volverá a palpitar.
En la actualidad causa alarma comprobar que el agua de los ríos, lagos y témpanos está desapareciendo. Incluso las aguas más caudalosas del mundo están bajando de volumen y los glaciares están desapareciendo poco a poco. Causa espanto saber que el 97% del agua existente en el mundo es agua de mar y sólo el 3% es agua dulce.
A nivel de todo el mundo existen centenares de empresas conectadas con el agua, pero la mayor parte de ellas la tratan como si fuera una mercadería afectada por la ley de la oferta y la demanda. Lo peor de toda esta situación es que la mayor parte de las empresas, amos, sátrapas y barones, conectadas con tan vital elemento, comercian con
ella y la han convertido en objeto de millonarias ganancias.
Los defensores del agua están en minoría frente a los explotadores de ella. El agua brinda en la actualidad ganancias superiores a las que proporcionan otros productores de riqueza. Este cuadro les ha permitido a decenas de imparciales analistas revelar que la disputa por el agua causará en el futuro graves conflictos.
La naturaleza produce agua gratis, pero la avaricia la ha convertido en una mercancía que proporciona inmensas ganancias a quienes la explotan, pegándole un feroz puntapié a la ética. Parece mentira que los precios más bajos del agua potable los pagan los pudientes y los pobres pagan los precios más altos, a pesar de que les brindan agua contaminada.
El Perú no cuenta con un "Código de Aguas", tal como el que existe en otras naciones. Esta ausencia ha motivado que los tiburones, dueños de la explotación del agua, devoren a millones de consumidores, convertidos en inofensivas sardinas. El número de explotadores es cada vez mayor y todos ellos se embolsican a diario millonarias ganancias.
La explotación del agua brinda ahora mayores ganancias que la explotación del petróleo y no faltan quienes aseguran sin exagerar que las futuras guerras serán por la posesión, principalmente de las aguas de ríos y lagos.
La Revista "Fortune" de mayo del 2000 dice: "Los ingresos de la industria del agua alcanzan ya cerca del 40% del sector petróleo y constituyen una tercera parte más elevados que los del sector farmacéutico" .
Entre las grandes empresas transnacionales del agua figuran, entre otras conocidas organizaciones, las afamadas Pepsi Cola, Coca Cola, Nestlé y Danone. Todas ellas obtienen ganancias propias de las mil y una noches.
La verdad es que en muchos lugares falta el agua potable, pero sobran las bebidas de estas industrias. Por ejemplo, en las zonas maquiladoras de la frontera entre México y EE.UU., los niños beben Coca Cola o Pepsi Cola en lugar de agua.
Causa también sorpresa saber que más de la mitad de la población total del mundo no tienen ahora acceso al consumo de agua saneada.
Cada día es mayor la población terrestre y cada vez es menor la existencia del agua. A medida que se acrecienta este problema, estará en mayor peligro la vida sobre el planeta Tierra.
La sed amenaza a todo ser viviente porque sin agua la vida es imposible. A pesar de esta verdad ecológica, el hombre envenena cada día con más tesón el agua que le permite vivir.
Algunas empresas mineras envenenan a diario ríos, lagos y lagunas, matando la fauna y la flora, sin embargo el agua también se contamina por la utilización inadecuada de abonos en la agricultura, que a la larga se convierten en un veneno mortal.
Al igual que el petróleo, el agua se está convirtiendo en fuente segura de variados tipos de discordia y conflictos de todo género, no sólo entre las ciudades de un mismo país, sino también, entre naciones que amenazan agudizar sus enfrentamientos en un cercano futuro, convirtiéndolos en sangrientas guerras. En tal sentido, un vaso de agua llegará a costar diez veces más que un vaso de oro líquido.
Se calcula que en los próximos 20 años, 8 mil millones de personas se dividirán la misma cantidad de agua que hoy disfrutan un número muy inferior de habitantes. Tal como se puede apreciar, la falta de agua será en el futuro tan trágica como las 7 plagas que afligieron a Egipto en los tiempos en que vivió Moisés.
¿Qué hacer frente a estos gravísimos problemas? Las soluciones son múltiples y no tan complejas como pueden parecer. Si la ética fuese una virtud propia de todos los hombres, las soluciones serían posibles sólo con buena voluntad. Por desgracia, la corrupción, la avaricia, la glotonería por las ganancias y el vicio superabundan a nivel de todos los estratos sociales.
En consecuencia, es necesario en primer lugar comprender que la ausencia de agua acabará no sólo con quienes la explotan sin sufrir remordimientos. También acabará con quienes en la actualidad sufren perpetua sed.
El agua es dueña de nuestra vida, mansión de nuestra existencia y componente primordial de la materia viva; es sangre de la tierra, elíxir de los campos, motor de la madre naturaleza y corazón de la industria.
¡Hombres y mujeres de los cinco continentes: mantengámonos en pie de alerta para evitar todo tipo de privatización y concesión de la preciada agua dulce y cristalina que hoy es posible denominar con certera precisión con el poético calificativo de oro azul!.
No olvidemos jamás: el agua es transparente u opaca, invisible o visible, veneno o alimento. Es el principal componente del cuerpo humano. Puede ser dura al tacto o quemar como si fuera fuego.
La vida es tan sólo una forma del agua. La vida se originó en el agua y está compuesta de agua. La importancia del agua es tal que a nuestro planeta deberíamos llamarlo Agua en vez de Tierra.
El agua es vida y la vida es agua.
El día que el agua desaparezca:
1. Menudearán las enfermedades intestinales y se acrecentarán los males propios de la piel y de las vías urinarias.
2. La vida en la tierra ya no será posible, porque la destrucción del medio ambiente llegará a un punto irreversible.
3. La apariencia de la población será horrorosa y por las calles deambularán espectros carentes de perfil humano.
4. La ausencia del vegetal privaría de oxígeno suficiente a nuestras atmósferas motivando la desoxigenació n incesante de nuestros cerebros.
5. Veremos a hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, con cuerpos desfallecidos. Todos ellos estarán increíblemente arrugados por la sequedad de su piel. La piel, tanto del hombre como de la mujer, estará cubierta de llagas: los jóvenes de 20 años parecerán tener 70 otoños.
6. Las mujeres, antes orgullosas de sus onduladas y espesas cabelleras, lucirán sus cabezas tan rapadas e ilustrosas como una bola de billar.
7. Lavar ropa será un lujo y se utilizarán sólo ropas desechables.
8. Los asaltos por agua serán cotidianos. Los asaltantes pedirán agua en vez de vida, cada vez que amenacen a sus víctimas.
9. Desaparecerá todo vestigio vegetal, la tierra calcinada se agrietará y será imposible recrearse con el verdor vegetal y el canto alegre de jilgueros y ruiseñores.
10. La pesca en lagos y ríos será sólo un recuerdo.
11. Las empresas que despojarán de sal al agua, serán fuente principal del trabajo.
12. Los ríos y lagos sobrevivientes estarán severamente vigilados por el ejército.
13. El mundo se dividirá cada vez más entre las naciones ricas y pobres, por efecto del agua.
14. Será un lujo pegarse un duchazo y la gente se aseará con toallas humedecidas con aceites minerales.
Llegará el trágico momento en que la tierra resquebrajada, de tristísimo color gris, se cubrirá de cadáveres grotescamente devorados por nauseabundos buitres. (Red Verde Perú)
miércoles, 21 de marzo de 2007
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